
El proyecto tuvo como objetivos entender la lógica de la represión y de la implantación del miedo a nivel popular en Uruguay durante las décadas de los años 60, 70 y 80 y su perpetuación hasta día de hoy en la memoria social de los barrios. Para ello se parte de la distribución espacial de los variados centros represivos del caso uruguayo (centros clandestinos de detención, centros de detención, cárceles políticas, cárceles comunes y cementerios clandestinos) y de sus particulares «itinerarios del terror», así como de la idea de que estos nodos materiales de implantación del Nuevo Uruguay (proceso de reorganización nacional con pretensiones hegemónicas) tuvieron efectos no sólo hacia dentro de sus muros (secuestrados, detenidos y presos políticos) sino también hacia fuera de los mismos, en los barrios y poblaciones en donde se articularon. Esta investigación requirió un planteamiento interdisciplinar, que conjugaba la Antropología Social y la Historia del Pasado Reciente (análisis documental y entrevistas dialógicas), con la Arquitectura, el Urbanismo y la Arqueología Contemporánea (análisis espacial y diacrónico del paisaje represivo).
Con este marco armado se abordaron las «memorias del afuera» o memorias barriales y vecinales vinculadas a estos espacios represivos. Para la generación de datos incorporables a nuevos modelos integrales que incorporen las capas de información anteriormente objetivadas, se generaron dinámicas de «mapeos colectivos» a modo de entrevistas dialógicas en grupo con las asociaciones de vecinos, derechos humanos y víctimas vinculadas a estos lugares.