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Lorem fistrum caballo blanco caballo negroorl a peich qué dise usteer. Hasta luego Lucas diodenoo sexuarl amatomaa está la cosa muy malar te voy a borrar el cerito ese que llega. Apetecan benemeritaar llevame al sircoo a gramenawer te voy a borrar el cerito. Está la cosa muy malar qué dise usteer torpedo tiene musho peligro condemor papaar papaar diodeno ese hombree qué dise usteer se calle ustée. Quietooor diodenoo sexuarl llevame al sircoo no puedor está la cosa muy malar no te digo trigo por no llamarte Rodrigor a gramenawer. Hasta luego Lucas ese hombree no puedor diodenoo. Apetecan a gramenawer al ataquerl apetecan tiene musho peligro. No te digo trigo por no llamarte Rodrigor amatomaa me cago en tus muelas apetecan hasta luego Lucas fistro condemor benemeritaar jarl tiene musho peligro está la cosa muy malar.

FOTOGALERÍA «LAS CAPAS DE LA MEMORIA»

En el año 2021 la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo lanzó los primeros Fondos Concursables para Sitios de Memoria. El Sitio de Memoria La Tablada obtuvo un fondo de 500.000 pesos para la concreción de una primera etapa del Plan Estratégico (o Plan Maestro) desarrollado por parte de la Comisión de Sitio. Para esa materialización se elaboraron dos subproyectos: uno socio-educativo, la fotogalería a cielo abierto “Las capas de la memoria” que hace énfasis en el pasado reciente, dirigido al rescate de la memoria y la educación en derechos humanos; y el otro de carácter socio-comunitario, la canchita “Padre José” que recoge previas demandas de los colectivos vecinales que integran la Comisión: una cancha para la escuela de fútbol de niños, niñas y adolescentes….

El objetivo de ambas propuestas fue trabajar la ruptura de las fronteras establecidas que condicionan la integralidad del sitio de memoria, entre el edificio y el afuera – con la fotogalería – y entre la comisión de memoria y el barrio – con la cancha. En diferentes instancias de encuentro se reconocía una Zona de Relación como territorio en crisis entre las partes, consecuencia del contacto entre el nuevo crecimiento del barrio y los territorios vacantes. Las operaciones a futuro de escala barrial se centran en la articulación de esta zona como espacio comunitario.

El poco tiempo disponible para la ejecución de los fondos, y la complejidad de las operaciones planteadas, implicó un gran esfuerzo de coordinación y trabajo colectivo, que no fue eximente para llevar un control exhaustivo del proceso a través de la elaboración de documentos de coordinación. Los participantes de la comisión se organizaron en subcomisiones operativas por proyecto, en las que cada integrante asume roles y tareas específicas.

La elaboración del contenido de la fotogalería, su ubicación y configuración fueron diseñados en forma colectiva entre quienes integran la Comisión de Sitio, principalmente sobrevivientes y familiares de detenidos desaparecidos y el equipo de extensión universitaria. La Tablada condensa una historia compuesta por múltiples fases, con usos y sentidos particulares, que generan diversas narrativas sobre el lugar. La redacción de los textos y la selección de imágenes provocaron importantes debates, ya que pusieron de manifiesto las diversas miradas coexistentes a la hora de contar lo sucedido. Consensuar un relato que diera cuenta de esta multiplicidad implicó una serie de encuentros e intercambios para elaborar lo que podría entenderse como el primer relato colectivo de la Comisión de Sitio sobre el lugar.

Las diferentes etapas históricas que componen este relato combinan pinturas, planos y fotografías históricas; notas de prensa y fotografías de los usos del lugar a partir de la apertura democrática; y fotografías del reciente proceso de construcción del Sitio de Memoria. La fase en la que operó como CCDyT fue representada con ilustraciones realizadas ex profeso, en donde se integraron los relatos de los y las sobrevivientes del lugar, contraponiendo la represión infligida por los perpetradores y la resistencia a la deshumanización por parte de las personas secuestradas. 

Las cuchetas que sirven de soporte para la fotogalería corresponden a una de las herencias del último periodo de obras para la inauguración de un nuevo centro de reclusión adolescente en La Tablada por parte del INISA. En el proceso de diseño se definió que estos dispositivos albergaban la capacidad de exponer simbólicamente las líneas continuas definidas por la comisión respecto al funcionamiento del edificio, así como servir de pedagogía de aprovechamiento de las circunstancias materiales existentes para el visitante.

La ubicación y configuración de estas, se planteó desde una propuesta museológica que pretendía un relato alternativo a la lógica oficial del conjunto concentracionario. La fotogalería se ubicó sobre la antigua calle Niña, situada al costado del edificio principal, que fue clausurada de facto por la dictadura, siendo el lugar por donde ingresaban los vehículos con las personas secuestradas. Luego en democracia, con la reutilización del edificio como cárcel de menores y de adultos, este tramo de la calle Niña quedó encerrado bajo tres capas de tejido carcelario. Incorporar esta calle al imaginario de la visita al lugar, implicaba poner en primer plano el relato subalterno de las sobrevivientes de la comisión, sacando a la luz la fachada no oficial del conjunto. Para la instalación de la fotogalería sobre la calle Niña, se necesitó de un arduo trabajo previo de recuperación arqueológica y patrimonial de la misma, pues luego de varios años de abandono se encontraba cubierta por una capa de tierra y pasto compactado.

Para la construcción y acondicionamiento del terreno de la nueva cancha se eligió el sector norte a la cancha del Club Cuatro Esquinas presente en el predio. Este lugar estaba ocupado por un basural y en proceso de ser vendido en lotes irregulares. Además, se acondicionaron dos baños y un espacio de vestuario, así como equipamientos para uso público junto a la nueva cancha. La propuesta de la cancha-escuela fue reconocida por la Comisión de Sitio como prioritaria para fortalecer el vínculo con los vecinos de los barrios La Vía y el Rincón de la Tablada, que se encuentran en el interior del Sitio de Memoria, así como con el Club Cuatro Esquinas y el Centro Bosco, encargados de su gestión.

PLAZA INCLUSIVA «LAS COMETAS»

Dentro del conjunto de proyectos del Plan Maestro de la Tablada, se destaca una pieza trapezoidal en construcción: la Plaza Inclusiva “Las Cometas”.

El sector delimitado para esta plaza corresponde al extremo oeste de un eje constituido por espacios comunitarios que se ubica en la bisectriz natural entre los dos conjuntos habitacionales presentes dentro del predio del SM. Sus condiciones de interpolación y vacancia hacen de este territorio un recurso fuertemente tensionado, tanto por el imaginario colectivo que plantea su incorporación como activo equipado para el barrio, como para su ocupación por nuevas viviendas. El diseño final de la Plaza Inclusiva “Las Cometas” es una compleja confluencia de formalizaciones particulares, tensionadas por la expresión colectiva, y otras metodologías de composición in situ desarrolladas en los mapeos, que acabaron desembocando en cierta propuesta. El valor no está en si la plaza sabrá ser continente o no de las demandas otorgadas a su diseño, sino bajo qué modelos fue producido este espacio comunitario, y si esto podría potenciar la capacidad de apropiación del barrio en tanto formaron parte activa del proceso, en un entorno tan socialmente crítico como el SM La Tablada.

La situación de pugna territorial tomó un viraje a partir de dos movimientos. El primero – constitutivo – consistió en la coordinación de un grupo de trabajo dentro de la mesa “Barrio” de la Comisión de SM, con el objetivo de generar un proyecto de espacio común para presentar a finales del 2021 a la convocatoria de los Presupuestos Participativos (PP) 2022-2023 de la Intendencia de Montevideo. El segundo – performático – a través de una acción situada sobre el lugar destinado a la plaza, protagonizada por CO.ME.TA, representantes de la INDDHH y algunas vecinas de estos barrios, que consistió en el retiro de los parantes y tejidos que habían aparecido en ese sector unos días antes, a suerte de delimitación oficiosa para loteo inmobiliario.

Del primer intercambio entre vecinas y vecinos, se instalaron el conjunto de demandas para la plaza, que terminaron de adjetivar su factor de inclusividad. En lugar de establecer un programa específico, en la sistematización desarrollada por el seminario, las necesidades surgidas de esta jornada se agruparon en “entornos” programáticos. La plaza como “entorno memorial”, receptivo de marcas y homenajes; “entorno incremental”, modulado para su crecimiento en el tiempo; “entorno comunitario”, que pudiera incorporar espacios de reunión coordinados por el barrio, extendidos de la vivienda particular; “entorno seguro”, para ser transitado y socializado especialmente por las mujeres de la zona; “entorno accesible”, universal e integrado a las dinámicas existentes.

Los y las estudiantes del LPP, tuvieron que abordar esta sobredimensión programática y traducirla en áreas multifuncionales. El requisito presupuestal para los PP es limitado por lo que las exploraciones proyectuales también tuvieron que ceñirse a sus condiciones materiales.

Una vez confirmado el proyecto de la plaza y con la confianza depositada desde el Municipio G en el proceso de soberanía territorial desarrollado por el SM, desde el equipo universitario se organizó una metodología de colectivización híbrida para su producción. Por un lado se iban a reforzar las instancias de participación activa con el grupo de vecinas y vecinos y miembros de la comisión que se había ido consolidando en la mesa “Barrio”, pero con el foco puesto en la plaza inclusiva; por otro lado, se diseñó la incorporación integral de un importante número de estudiantes universitarios mediados por prácticas académicas regladas (De Austria et al., 2022). En este sentido se tuvo que abordar el desafío de la producción a partir de la relación de varias temporalidades y afectividades.

En el encuentro en segunda instancia, las vecinas y vecinos pudieron empezar a localizar estos “entornos” y ponerlos en diálogo sobre un mapa común. Los productos generados por los y las estudiantes fueron muy importantes para la imaginación de las posibles soluciones, que se fueron dibujando como trazos y equipamientos específicos sobre la tela soporte. Así aparecieron las zonas deportivas, el parrillero con llave por turnos, la cubierta para la sombra del espacio de encuentro, el escenario-pista de patinaje y los equipamientos infantiles. Mientras que algunos atravesamientos tomaron la lógica del camino corto entre la vía de tráfico pesado al norte (calle Antonio Rubio) y el interior del barrio al lado sur de la plaza, otros se volvieron sinuosos para su disfrute pausado. Esta curvatura permitió generar un espacio de reunión de cara a los partidos en la canchita de futbol 5, construida por la Comisión del SM en la misma convocatoria que sirvió para construir la fotogalería, y establecer una lógica de continuidad de todo el conjunto espacial “identidad barrial” relevado anteriormente.
El barrio, que en este análisis se definiría como “el sistema de relaciones y significados compartidos en el entorno próximo y cotidiano habitado, y atravesado por estructuras macrosociales” (Ante, 2023), es el demandante exigente con el mayor grado de afectación. Las vecinas y vecinos reclaman por un espacio público de calidad, como un reclamo de derecho sobre unas instituciones históricamente ausentes (Yanes et al., 2021). La transformación territorial que se pretende con este proyecto impacta directamente sobre las vidas cotidianas y las relaciones vecinales que allí se dan. El espacio de la plaza se ha convertido por tanto en una causa de urgencia para el barrio, y su extensión burocrática institucional ha generado rispideces por no cumplir temporalmente las expectativas inmediatas.

Los cursos y prácticas académicas en las que se inscribieron los estudiantes de hasta 5 servicios de la Udelar, estuvieron reguladas por las fronteras semestrales para la producción procesual de insumos. Además estos estudiantes eran por regla general de entornos exógenos a la causa y al barrio, por lo que significó que se tuvo que planificar cuidadosamente el cuándo, qué y bajo qué modo de vinculación, aparecían las contribuciones académicas, para que estas no significasen un detrimento al caminar colectivo.

Además de todas estas discordancias temporales, en último lugar tenemos la del tiempo dedicado a la elaboración del anteproyecto arquitectónico para la plaza, llevado a cabo por el equipo universitario. La propuesta ha requerido en tanto obra a ser ejecutada, la redacción de documentos específicos, descriptivos y prescriptivos, que tuvieron que pasar por una dinámica de revisión junto a los técnicos del municipio, para llegar a una versión definitiva entre finales de 2022 y principios de 2023.